El origen de un cabello sano
Reestructura en profundidad y combate la resequedad del cuero cabelludo, permitiendo el crecimiento de un cabello sano con brillo de la raíz a las puntas.
El lino o linaza (Linum usitatissimum) es una planta herbácea de la familia de las lináceas. Su tallo se utiliza para confeccionar tejidos y su semilla, llamada linaza, se utiliza para extraer harina (harina de linaza) y aceite (aceite de linaza).
Es originario de la región de los ríos Nilo, Éufrates y Tigris. Introducido para su cultivo en el resto del mundo desde tiempos remotos.
Tanto las semillas de lino como el aceite y la harina, gozan de muy buena fama nutricional, pues como gran parte de semillas, proporcionan ácidos grasos necesarios para nuestro organismo. Entre ellos se encuentran el omega-3 y omega-6, alfa-linolénico (ALA), que el cuerpo convierte en ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA).
Es ideal para el bienestar y el cuidado del pelo. De hecho, tiene la capacidad de devolverle la elasticidad gracias a la función de los ácidos grasos conocidos como omega 3, que lo hidratan y fortalecen, actuando sobre el tallo y evitando así su rotura. Suele utilizarse para revitalizar el pelo seco, que se caracteriza por su fragilidad: la hidratación del lino es fundamental para evitar que el pelo se rompa constantemente.
Además, es capaz de equilibrar el ph del pelo, característica que también actúa para el su crecimiento. Al regular la producción de sebo, pueden calmar el cuero cabelludo inflamado al tratar el eccema y es excelente para tratar la caspa. Es una fuente invaluable de ácidos grasos esenciales u Omega 3, de hecho nutre el pelo y el folículo piloso bloqueando la formación de puntas abiertas. El fuerte poder acondicionador de estos ingredientes hace que la fibra capilar sea más fácil de tratar y peinar.
En resumen, el Lino permite tener un pelo sano, fuerte y robusto.